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La sostenibilidad, clave para la supervivencia de las empresas

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Para las empresas es el momento de entender que pueden y deben ser parte de la solución ante el reto del cambio climático.

«La empresa del futuro será sostenible o no será.» Y lo será no solo por presión administrativa o ciudadana, sino por el convencimiento de que el cuidado del medioambiente y del entorno genera empleo y competitividad. Así de claro se muestra el director de Naturklima, la Fundación de Cambio Climático de Guipúzcoa, David Zabala, que advierte de que «las compañías que no tengan en cuenta criterios sostenibles y ambientales quedarán fuera del mercado». De la misma opinión es August Corrons, profesor de los Estudios de Economía y Empresa y director del máster universitario de Responsabilidad Social Corporativa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que considera que, al margen de ser sostenibles económicamente, las empresas tienen como «único futuro» la responsabilidad con el entorno, «con el personal, la naturaleza o cualquier agente con el que estén vinculados».

Los dos expertos, Zabala y Corrons, concuerdan en que los problemas de sostenibilidad son comunes y mundiales, pero las soluciones pasan por la actuación local y hasta personal. «Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que incluyen la Agenda 2030, son genéricos, pero, para que el efecto sea global, tienen que empezar en micro», señala Corrons, que cree que cada consumidor es el que «lidera» el movimiento porque «la sensibilización en esta época crece cada vez más». «Tenemos el poder, y ese poder se está traduciendo en que reciclamos más, miramos qué tipo de productos compramos, de dónde vienen, cómo se fabrican…», enumera.

Mientras, las empresas son conscientes y reaccionan. «O se ponen ahí o pierden. Lo tienen que hacer por su propia supervivencia», concluye, aunque añade que van «a remolque» de lo que exige la propia clientela y lo que establecen las administraciones. Estas deben animar y no sancionar a las compañías para que adopten medidas de sostenibilidad. «Más que prohibir, deben incentivar, tener recursos para dar facilidades. En vez de pagar impuestos, por ejemplo, podrían hacer una mejor selección de proveedores o aplazarlos para dedicar más tiempo a tomar decisiones más sostenibles», ejemplifica el profesor.

Un problema de todos

Dentro del fenómeno «global», el responsable de Naturklima defiende que una parte «muy importante de las respuestas, actuaciones y estrategias deben aplicarse en el ámbito local». Y para tomar decisiones, sostiene, hay que analizar el punto de partida. «Actuar contra el cambio climático es importante, pero antes de actuar es imprescindible conocer la dimensión del problema al que nos enfrentamos en cada territorio», afirma. Por ello, la fundación estudia, mediante su observatorio, los efectos del cambio climático. Y las conclusiones no son halagadoras, con subida de temperaturas, inundaciones o pérdida de biodiversidad.

Zabala considera que falta concienciación y advierte de que hay estudios que demuestran que más de la mitad de las pymes no saben lo que es la economía circular. «Para las empresas es el momento de entender que pueden y deben ser parte de la solución ante el reto del cambio climático», remarca, y añade que la sostenibilidad no solo palía los efectos de esta crisis, sino que «genera empleo y competitividad». Según su punto de vista, las organizaciones deben «adelantarse» a los cambios legislativos y a las tendencias del consumo.

La pandemia ha frenado muchas iniciativas

El director del máster universitario de Responsabilidad Social Corporativa de la UOC alerta de que habitualmente se habla del «impacto» de las empresas en tres ámbitos: económico, social y ambiental, pero añade la importancia del laboral y del de gobernanza. «Está muy bien no generar efectos medioambientales, pero si tenemos a trabajadores explotados no llegaremos a ninguna parte», señala sobre el primer tema, mientras relaciona las «estructuras jerárquicas, de dirección y liderazgo único» como otra manera de no ofrecer «condiciones óptimas» a las plantillas. «Hay muchos aspectos a tener en cuenta y cada uno tiene su impacto. Hay que buscar un punto equilibrado», propone. La pandemia de coronavirus, lamenta, ha «puesto el freno» en muchas organizaciones y también en los consumidores. «La necesidad te hace tomar decisiones que no son las más sostenibles», asegura Corrons, que apunta a la Administración como generadora de soluciones para ambos sectores, para que vuelvan a la senda de la concienciación.

«El cambio climático es una amenaza global, pero, sobre todo, es una gran oportunidad», destaca el director de Naturklima, que apunta a «nuevas líneas de negocio» relacionadas con la sostenibilidad. Ante la «exigencia» de consumidores y Administración, añade Corrons, las empresas necesitan ser «más responsables con su entorno», y apuesta por crear puestos de trabajo específicos que les ayuden a conseguir estos objetivos.

Bajo esta premisa, ambos expertos participarán en la charla «La sostenibilidad desde la responsabilidad social y la economía circular», organizada por la Red Territorial de la UOC, que tiene por objetivo reflexionar sobre los desafíos que la sociedad debe afrontar a lo largo de los próximos años incorporando la perspectiva y las realidades locales.

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