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La enseñanza con realidad virtual puede multiplicar la retención de conocimientos y reducir a la mitad los periodos de aprendizaje

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La realidad virtual facilita un nuevo tipo de aprendizaje en el que, además de lo cognitivo, se trabaja el conocimiento social y emocional.

Aprender en un entorno donde todo parezca real para poder cometer errores sin sufrir sus consecuencias. Esta es una de las principales ventajas de la realidad virtual, donde los estudiantes se sumergen en espacios con una visión y un sonido envolvente en 360°, y lo que ha disparado su interés en las ciencias de la salud durante la pandemia. Dos nuevos proyectos –realizados por una de las empresas pioneras en el aprendizaje mediante vídeo 360° interactivo, la spin-off de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Immersium Studio– se suman a esta tendencia con el objetivo de fomentar competencias como la atención al paciente y enseñar a reconocer y gestionar la violencia de género.

Aprender a abordar la violencia machista

En INDOVIG, los estudiantes de Medicina, Enfermería, Fisioterapia, Terapia Ocupacional y ciclos formativos de grado superior de Integración Social entrarán en una simulación inmersiva donde se encontrarán con víctimas de violencia de género que podrían ver en sus consultas. Los participantes encontrarán situaciones en las que deberán detectar y trabajar casos con actividades y pruebas a las que se irán enfrentando, tomar decisiones y recibir retorno sobre ellas.

«La gran ventaja es que el estudiante no recibirá esta información de forma pasiva, sino como un sujeto activo que toma decisiones», explica el cofundador y CEO de Immersium Studio, Luis Villarejo. «Eso le permite probar alternativas y aprender de los errores, que podrá evitar más adelante en su vida profesional. Y quizá vea que debe cambiar su tono de voz o abordar el tema de otra manera, sin que ello tenga mayores consecuencias ni afecte a ningún paciente real».

El proyecto se realizó con financiación del Pacto nacional de violencia de género y participación de la Universidad Pompeu Fabra, el Hospital Sant Joan de Déu y la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña.

Realidad virtual para formar a personal sanitario

El aprendizaje con la realidad virtual es lo más parecido posible a la realidad, y aporta un grado de vivencia que ofrece grandes beneficios: trabaja la empatía y la inteligencia emocional, al colocar a los usuarios en distintos roles; mejora la retención de conocimientos; permite una didáctica homogénea, con actividades similares para todos, y reduce la logística y los costes, al no depender de actores ni fechas, como ocurre con los tradicionales juegos de roles formativos.

«Cuando los proyectos están bien diseñados las mejoras pueden ser muy significativas. La capacidad de retención puede aumentar hasta cuatro veces, y el periodo de formación se puede acortar hasta la mitad», explica el consejero delegado e ingeniero superior de Informática y máster en Procesamiento de Lenguaje Natural.

Tecnología accesible y útil para diversos campos

La facilidad de este método, para el que solo hacen falta unas gafas 3D y un teléfono móvil, ha precipitado el interés por este tipo de enseñanza en la pandemia, sobre todo en las ciencias de la salud. Pero se trata de un aprendizaje que ha demostrado ser muy útil en otros campos. No solo en las llamadas habilidades blandas o soft skills, tales como la comunicación, la resolución de conflictos o la inteligencia social y emocional, sino también en las habilidades duras o hard skills.

En áreas como la prevención de riesgos laborales puede ayudar a reconocer y resolver conflictos; en los procesos de selección de personal se utiliza para realizar pruebas reales a los candidatos, y en el entrenamiento de habilidades más concretas, como demostró un estudio de Johnson & Johnson y el Imperial College en el que un equipo de cirujanos consiguió una autonomía muy superior a quienes no tuvieron este tipo de didáctica, puede aportar nuevas oportunidades en la educación.

«El aprendizaje con realidad virtual permite trabajar tanto la parte cognitiva como la parte de las emociones y las vivencias», concluye Villarejo. «Por eso, puede ser un excelente complemento que puede enriquecer y mejorar la educación tradicional».

Immersium Studio cuenta con cuatro experiencias inmersivas de éxito recientes en la formación en ciencias de la salud: Covid-19 Space, ITSHEC, Family Approach y TPM Journey. La primera, con la European Society of Intensive Care Medicine y la Comisión Europea, ha ayudado a más de 20.000 sanitarios a prepararse para trabajar en las UCI en caso de necesidad por la pandemia. ITSHEC es un proyecto europeo, financiado por el programa Erasmus+, para fomentar competencias transversales, como aprender a aprender o el pensamiento crítico, en los estudios de ciencias de la salud usando realidad virtual. Y Family Approach y TPM Journey, con la Fundación DTI, han servido para formar a profesionales sanitarios en la comunicación de malas noticias y el consentimiento para la donación humana de órganos y tejidos, además de familiarizarlos con el modelo español de donación y trasplantes.

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