Comunicados de Prensa
7 nuevas tecnologías y tendencias del futuro de la educación
No basta con la implementación de la tecnología, sino que hace falta un cambio de paradigma pedagógico.
Cada vez parece más evidente que las nuevas tecnologías jugarán un papel decisivo en el futuro de la educación. Pero, no es suficiente con aplicarlas: para que resulten transformadoras, hay que integrarlas en programas pedagógicos punteros, que incluyan ideas innovadoras de calidad y sostenibilidad educativa. Adrián Montesano del Campo, Juliana Elisa Raffaghelli y Marta López Costa profesores de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explicaron las nuevas tecnologías y tendencias que, en combinación con las estrategias pedagógicas adecuadas, podrían configurar el futuro de la educación de calidad.
1. La realidad extendida
La realidad extendida hace referencia a todas las tecnologías que generan entornos reales y virtuales interactivos. Entre otras técnicas, engloba la realidad virtual, que transforma nuestro entorno para simular otras realidades, y la realidad aumentada, que complementa nuestro entorno con información digital. Algunos ejemplos de realidad extendida son las impresoras 3D, las holografías y las gafas de realidad virtual.
Tecnologías como estas favorecen tanto la visualización de datos y procesos como la expresión de las ideas por parte del alumnado. La simulación de situaciones es un buen ejemplo de cómo confluyen estos dos puntos, lo cual resulta en una mejor comunicación entre el alumnado y el profesorado.
2. El aprendizaje adaptativo
El futuro de la educación también pasa por su personalización. El aprendizaje adaptativo consiste en utilizar las tecnologías para proponer actividades basadas en el estilo de aprendizaje particular de cada estudiante.
La monitorización digital permite detectar los puntos débiles y fuertes de cada persona a todos los niveles. Así, se obtienen indicaciones de valor para la implementación de propuestas educativas óptimas. Además, las tecnologías facilitan la educación permanente, puesto que permiten el acceso a los materiales y contenidos sin depender del espacio o el tiempo disponibles.
Pero el mayor potencial de las tecnologías en relación con el aprendizaje adaptativo es la posibilidad de empoderar a las personas para tomar sus propias decisiones formativas. Para que esto se produzca, no basta con la implementación de la tecnología, sino que hace falta un cambio de paradigma pedagógico.
3. El uso de las tecnologías 5G
Las nuevas tecnologías sin cables proporcionan más velocidad de conexión y descarga. Esto abre muchas puertas a los miembros de las comunidades educativas: redes más potentes, descarga de archivos en menos tiempo, acceso eficiente a plataformas basadas en la colaboración a distancia, etc. Así mismo, posibilita la inclusión realista de otras tecnologías como la realidad extendida en los diseños pedagógicos.
4. La automatización
Los procesos educativos suponen muchos procedimientos rutinarios (manuales o cognitivos) que podrían empezar a encargarse a robots. No se trata de sustituir los trabajos, sino algunas tareas como la elaboración de calendarios personalizados, gestiones o procesos de evaluación y de feedback sencillos, por ejemplo, responder a preguntas frecuentes.
Los robots tendrían una función de apoyo en el seguimiento, motivación y análisis del aprendizaje de cada estudiante, y en ningún caso suplantarían la necesidad de la docencia y atención humana.
5. Los Fab Labs y la cultura maker: la tecnología como aliada de competencias creativas
Las tecnologías pueden ser muy buenas aliadas para que el trabajo por competencias sea provechoso. Como hemos dicho antes, favorecen el aprendizaje adaptativo o self-paced learning, permiten la experimentación con técnicas como la clase invertida y facilitan el reconocimiento de las competencias adquiridas. En este último sentido, hay que destacar el éxito de los Open Digital Badges, certificados digitales verificables de competencias.
En el caso del aprendizaje creativo, una de las claves del futuro de la educación, serán claves el acceso a impresoras 3D y otros métodos de conexión analógico-digital. Paralelamente, se tendrá que trabajar la escritura de código. Con esta habilidad adquirida, el alumnado podría dar forma a objetos que enriquecerán los smart learning environments.
6. Analíticas de aprendizaje
Las analíticas de aprendizaje aportan datos precisos sobre el momento del aprendizaje en el que se encuentra cada alumno o clase. Esto es importante para detectar problemas y dificultades a escala individual y a escala grupal, ya que indica qué cursos funcionan y qué aspectos sería mejor rediseñar.
7. Recursos educativos abiertos
La generalización gradual del acceso a la red supone una tendencia a la informalización del aprendizaje, es decir, la adquisición de conocimientos más allá de los programas de los centros de educación básica o superior. Los aprendizajes adquiridos a lo largo de la vida y en diferentes ámbitos (profesional, social, lúdico, etc.) son fundamentales, y forman parte de lo que denominamos “educación expandida”.
Por este motivo, los recursos educativos abiertos son un pilar de la democratización de la educación y la investigación. Se trata de materiales la calidad de los cuales está asegurada, y además aumentan la visibilidad de la literatura científica y las instituciones que generan conocimiento.
Donde todo converge: los Smart Learning Environments
Hemos hablado de la necesidad de integrar todas las tecnologías en programas educativos que hagan un buen uso. En el futuro de la educación por el que apostamos, esta integración también será espacial.
Los Smart Learning Environments se caracterizan por fomentar metodologías activas de aprendizaje y ofrecer el bienestar más grande posible al profesorado y al alumnado. En estos espacios, la dimensión pedagógica se integra con la ambiental y la digital para maximizar su potencial. Así, los procesos de aprendizaje se orientan para que resulten personalizados y contextualizados social y culturalmente en la mayor medida posible.
La integración puede darse en entornos físicos o virtuales, y es deseable tanto en la escuela como en los entornos de aprendizaje a lo largo de la vida.